Explora el bosque encantado y sálvalo de la magia que lo ha invadido.
Domina el arte de crear niveles que hacen reír, llorar y saltar de alegría: cada curva, cada trampa de caramelo, cada segundo cuenta cuando tus amigos intentan superar tu obra maestra. Comparte, reta, observa cómo se desmoronan —y celebra.







